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Thursday, February 4, 2010
Wednesday, February 3, 2010
La Relación de la Iglesia e Israel
Por Hampton Keathley IV, Th.M.
La Teología del Pacto y La Teología de Dispensaciones son dos sistemas diferentes de teología que se han ido desarrollando para intentar explicar cómo Dios trata con el hombre en el proceso de la salvación, y el papel de Israel y la Iglesia dentro del plan global de Dios. El gran debate se centra en el papel de Israel y la Iglesia, y la relación de la Iglesia a Israel. A esa cuestión queremos llegar al final, pero en primer lugar tenemos que poner el fundamento.
Si vamos a examinar la relación de la Iglesia a Israel, hemos de empezar yendo al Antiguo Testamento y comprendiendo el papel de Israel dentro del plan de Dios. Esto lo haremos al ver tres pactos bíblicos: el Abrahámico, el Davídico y el Nuevo. Es extremadamente importante comprender estos pactos por su alcance. Dan el bosquejo del plan de Dios para toda la historia humana.
Puesto que Israel y la Iglesia forman parte de la historia, la cuestión es: ¿cómo se relacionan a estos pactos? En primer lugar hemos de ver cómo se relaciona Israel a estos pactos. La próxima lección será cómo está relacionada la Iglesia, y veremos cómo la Teología del Pacto y la Teología de Dispensaciones tienen diferentes puntos de vista sobre el tema.
¿Qué es un Pacto?
Un pacto es un acuerdo entre dos partes. Algunas veces el acuerdo exigía acciones de parte de las dos partes. Como por ejemplo: si tú haces esto, yo haré aquello. En otras ocasiones el acuerdo o pacto era unilateral. La primera parte prometía hacer algo y no se le exigía nada a la otra parte. Todos los pactos que vamos a examinar son unilaterales o pactos “promisorios”. Dios hizo promesas que Él mismo cumpliría, y no exigía nada de los humanos involucrados.
La Relación de Israel a los Pactos de Dios
El Pacto Abrahámico (Gén 12 y 15)
En Gén 12:1 Dios escogió a Abraham de entre los gentiles y le hizo una promesa incondicional.
Tierra (12:1)
Dios le dijo a Abram que viajara a una tierra que le mostraría. Luego, después de que Abraham obrara por fe en sus tratos con Lot, Dios confirmó de nuevo Su promesa original de dar a Abraham la tierra de Canaán (13:14-18). La tierra también fue prometida a Isaac (26:2-4) y a Jacob (28:13-15). Así que está claro que una de las provisiones del pacto que Dios estableció con Abram fue ésa de la tierra de Canaán.
Simiente (12:2a)
Abram recibió la promesa de “simiente,” esto es, que una nación saldría de él. Dios dijo de nuevo a Abram en Gén 13:16 que haría su “descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada.” Esta misma promesa fue dada a Isaac (26:4) y a Jacob (28:14). Así que está claro que otra de las provisiones del pacto fue la garantía de que Abram llegaría a ser una gran nación, y que esa nación ocuparía la tierra que había sido pactada.
También vemos que la promesa de la tierra y de la simiente están íntimamente relacionadas.
Bendición (12:2b,3)
En este pasaje se nos dice expresamente que Abram no solamente sería bendecido (12:2), sino que también sería una bendición para otros y en última instancia para el mundo entero (12:3). Nótese que el aspecto de bendición universal dependía de la respuesta de otros hacia él. Dios dijo que bendeciría a aquellos que bendijesen a Abram y que maldeciría a aquellos que le maldijesen. Podemos empezar a vislumbrar aquí cómo el plan de Dios para el mundo, con sus bendiciones para el mundo, tiene su origen en Su trato especial en y por medio de Abraham, basado en este pacto.
Podemos entender cómo este pacto tiene su pleno cumplimiento en Cristo. Aquellos que maldicen a Cristo son malditos… . Hay mucha unidad en la Biblia. Todas las partes están unidas, y eso es lo que espero que se vea a medida que estudiemos estos pactos y su cumplimiento.
Significado
Así que las provisiones del Pacto Abrahámico son tres: una tierra; una simiente y bendición (personal, nacional y universal).
Aquí tenemos el comienzo de la nación de Israel porque Abraham es el padre de los judíos, el padre de Israel.
Y empezamos a ver que la simiente de Abraham, la nación de Israel, sería el vehículo para traer la bendición de Dios sobre toda la humanidad. Es importante comprender esta conexión. No son promesas que vengan por separado o que no estén relacionadas.
El hecho de que éste es un pacto incondicional también es importante porque, puesto que Dios es fiel, Él cumplirá sus promesas a Abraham. Él usará la simiente de Abraham para bendecir a la humanidad. Cualquier generación del pueblo de Israel podría disfrutar de estas promesas si fuese obediente a Dios. Pero en última instancia Dios cumpliría estas promesas al levantar una generación obediente. Dios lo haría a pesar de las acciones de Abraham y sus descendientes.
El pacto se reafirma a Abraham en Gén 15:1-21, 17:4-21, 22:15-18; a Isaac en Gén 26:3-5,24; y a Jacob en Gén 28:13-15; 35:9-12.
NOTA: El Pacto Palestino no se incluye.2
El Pacto Davídico (2 Samuel 7:8-16; Sal 89:20-37)
Aunque el término “pacto” no aparece en 2 Sam 7, las referencias que siguen aclaran que es un pacto. Por ejemplo, en 2 Sam 23:5 David dice, “… él ha hecho conmigo pacto perpetuo.” Ver también Sal 89:3-4, 28; 1 Reyes 8:23; 2 Cro 13:5; 21:7.
En 2 Sam 7:8 Dios dice, “Yo te tomé del prado, de detrás del rebaño, para que fueras el soberano de mi pueblo Israel.” Es importante comprender la imagen del pastor porque nos habla del papel del rey como uno que guía y protege. Esta imagen pastoral se desarrolla a lo largo del resto del AT y Cristo se refiere a sí mismo como el “Buen Pastor” cuando llega (Jn 10:11, 14)
Sus Provisiones
Un gran nombre (dinastía) (7:9)
He aquí un eco del Pacto Abrahámico. Dios había prometido a Abraham que le daría un gran nombre. El nombre de David sería grande como consecuencia de su reino y la descendencia que partiría de él.
Un lugar para mi pueblo (10)
Esta frase mira atrás al Pacto Abrahámico que prometía seguridad en la tierra y demuestra la importancia de tales promesas en los pactos con Israel. Con el Pacto Davídico Dios promete descanso para la nación en la tierra prometida.
Un reino perpetuo (11-12,16)
Aun después de la muerte de David, Dios iba a perpetuar el reino por medio de descendientes de David que gobernarían sobre el reino perpetuamente.
Este hecho también contempla el Pacto Abrahámico en el cual Dios dijo que “reyes saldrán de ti.” (Gén 17:6)
Una relación Padre-hijo (13-14)
Obviamente esto habla de reyes humanos porque Dios dice que les corregirá cuando pequen, pero, en contraste con la dinastía de Saúl que fue cortada, esta relación con la casa de David sería perpetua.
Tenía una aplicación inmediata a David, quien disfrutaba de una relación íntima con Dios, Sal 2 y 51. Dios le dio a David su Espíritu Santo para ayudarle a guiar a su pueblo. David ora en el Sal 51 que Dios no le quite su Espíritu.
Significado
El Pacto Davídico es paralelo al Abrahámico en muchos aspectos. Más específicamente, es una ampliación del aspecto que tiene que ver con “la simiente” del Pacto Abrahámico y la promesa de que reyes saldrían de Abraham.
Garantiza que Israel siempre tendría rey. En particular, el Pacto estipula que ese rey vendría del linaje de David, que su reino en última instancia sería eterno. 2 Sam 7:13.
La pregunta que surge es ésta: ¿Cómo puede Dios cumplir sus promesas con una nación que continuamente se rebela y peca? ¿Cómo puede haber descanso en la tierra y un reino eterno cuando Dios tiene que seguir castigando a la nación por mano de naciones extranjeras que derrotan a Israel y le lleva al exilio?
La respuesta: Tiene que cambiar al pueblo para que pueda obedecer. Allí es donde el siguiente pacto entra en escena.
El Nuevo Pacto (Jeremías 31:31-37; Ezequiel 36:15-28)
El Nuevo Pacto es una extensión de las promesas hechas a Abraham y David. Podemos ver que Israel tiene un papel principal en la realización de estas promesas. Dice que el pacto es con Israel y Judá, lo cual indica que la nación será reunida. Indica un tiempo en el futuro cuando ocurrirá lo siguiente:
Sus Provisiones
Colocando la ley en los corazones de los Israelitas
Jer 31:32 dice que este pacto no es como aquel que Dios pactó con Israel cuando subieron de Egipto. No es como el Pacto Mosaico con sus 10 mandamientos.
¿Cómo es diferente?
Israel no guardó ese pacto, así que Dios va a cambiar a su pueblo desde dentro. Va a escribir su ley en sus corazones. Por lo tanto, de hecho se parece al Pacto Mosaico porque se trata de vivir según la ética de Dios. Pero en otro sentido no es como el Pacto Mosaico porque no sería una ley externa, impuesta sobre ellos. Sería una ley interior, interna. Dios haría posible guardar su ley por el hecho de que tendrían su Espíritu Santo en ellos de una nueva manera.
Nueva relación con Dios
Dios dice, “Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.” y dice “… todos me conocerán.” Estas palabras reflejan la promesa del Pacto Davídico de una relación especial con Dios.
Por lo tanto, el Nuevo Pacto tampoco es como el antiguo pacto porque no hay necesidad de sacerdotes que actúen como mediadores entre Dios y el hombre. La gente tendrá acceso directo. Hebreos 10 nos dice que esto es una aplicación del Nuevo Pacto.
Perdón de pecados
Jer 31:34 dice “Porque yo perdonaré su iniquidad y no me acordaré más de su pecado.”
Aunque este detalle se menciona en último lugar, es el fundamento de todo el Nuevo Pacto. Es porque sus pecados han sido perdonados que Dios puede poner la ley en sus corazones y puede existir una nueva relación con Él.
Cristo habló de esto durante la Última Cena y dijo que el Nuevo Pacto se establecería con su muerte. En Luc 22:15-20 Jesús dice, “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre.” Su muerte trajo perdón de pecados y es el fundamento para esta nueva relación con Dios.
Su incondicionalidad y certeza
Seis veces Dios dice “Yo haré” en el texto mismo del pacto, y luego en Jer 31:36-37 Dios dice, “Si esas leyes faltasen delante de mí, dice Jehová (lo cual es imposible), entonces la descendencia de Israel dejaría de ser nación delante de mí, perpetuamente” y “Si se pueden medir los cielos arriba y se pueden explorar los cimientos de la tierra abajo, entonces yo desecharé toda la descendencia de Israel…”
Así que entendemos de este pasaje que habrá un futuro perpetuo para la nación de Israel.
Ampliación de la bendición incluida en el Pacto Abrahámico
Hemos dicho que el Pacto Abrahámico incluye aspectos acerca de la Tierra, la Simiente y Bendición. El Pacto Davídico era una ampliación de la parte que tiene que ver con la Simiente y el Nuevo Pacto es una ampliación de la parte que tiene que ver con la Bendición del Pacto Abráhamico.
Conclusiones
¿Cuáles son los asuntos centrales de los pactos?
Israel fue escogido por Dios como su pueblo especial
Abraham y sus descendientes fueron los receptores inmediatos de las promesas de Dios. Pero Israel no debía haber guardado para sí esos beneficios. Ellos tenían que haber sido luz para los gentiles, guiándoles al único y verdadero Dios.
Israel era el mediador
Dios tomó a un pagano, e hizo de él una nación que llegaría a ser el mediador entre Dios y el mundo. Por medio de Israel todo el mundo recibiría la bendición. Ex 19:6 dice que Israel sería un reino de sacerdotes. ¿Qué es el papel del sacerdote? Es mediador entre Dios y el hombre.
La meta global es bendición mundial
Muchos pasajes del Antiguo Testamento hablan de las naciones y de un tiempo cuando vuelven a Dios. Gén 12:3; Isa 2:1-4; 49:6; 61:5-6; Miq.4:1-5
En la práctica, desde una perspectiva Israelita, los gentiles eran ciudadanos de segunda clase. Ellos estaban orgullosos del hecho de que eran el pueblo escogido de Dios. Olvidaron su papel dentro del plan de Dios porque pensaban que eran mejores que todos los demás.
Tenían un papel redentor. Jesús comprendió que la bendición mundial era el meollo del asunto. Comprendió su papel como Salvador del mundo.
Ahora, examinaremos cómo la Iglesia se relaciona a estos pactos. Ciertamente la Iglesia es la expresión más grande hasta la fecha de la bendición mundial prometida en los pactos. Podemos ver que muchas de las promesas hechas en estos pactos, especialmente el Nuevo Pacto, parecen ser cumplidas en la Iglesia. Pues tenemos perdón de pecados, la relación especial con Dios por medio del Espíritu Santo que mora en nosotros, etc.
Algunas de las preguntas que surgen son: ¿Qué de Israel? ¿Qué de todas esas promesas acerca de la tierra que Dios hizo con Israel? ¿Hay un futuro para Israel o es que la Iglesia ha tomado el lugar de Israel? Esto es lo que miraremos en la próxima sección.
Relación de la Iglesia a los Pactos de Dios
Introducción
Propósito del estudio
En esta sección examinaremos las diferentes maneras de pensar que tienen los cristianos acerca de la Iglesia y su relación a Israel. La cuestión es cómo resumir todos los puntos de vista complejos, porque todas las posturas han sido un enredo. A la mayoría de la gente le gusta condensar todo en pequeños trozos y presentar una doctrina en un paquete bonito. Pero no existen pequeños y bonitos paquetes de doctrina.
Las posturas que examinaremos son evangélicas. Todos los teólogos involucrados dirían que la salvación viene por la gracia de Dios por medio de la fe. El problema surge cuando intentamos mirar toda la Biblia y encajarla en un bonito paquete que lo intenta explicar todo. Tenemos que recordar que Dios es infinito y nosotros finitos y que no podemos siempre explicar todos los detalles de cómo Dios hace las cosas que hace. Ningún sistema teológico es perfecto. Todos tienen sus problemas. Algunos pasajes bíblicos no encajan perfectamente dentro de cualquier sistema. Queremos guardarnos mucho de forzar nuestra teología sobre el texto. Tenemos que trabajar con el texto con honestidad y admitir cuantas veces no encaje nuestra interpretación. Si no encaja, tal vez necesitemos ajustar un poco nuestro sistema teológico.
Repaso
En la última sección vimos, desde el Antiguo Testamento, el papel que Israel tenía en el plan de Dios. Fue escogido por Dios para ser su pueblo especial. Dios hizo muchas promesas para Israel como nación, queriendo usarla como vehículo para bendecir al mundo. Aquellas promesas se plasmaron en tres pactos: el Abrahámico, el Davídico, y el Nuevo Pacto. El Abrahámico es el pacto principal, que prometió a Abraham una tierra, una simiente y bendición. El Davídico expansionó el aspecto de la simiente al prometer que el heredero de David se sentaría sobre el trono para siempre. El Nuevo Pacto amplió el aspecto de la bendición al hablar de un tiempo cuando habría perdón de pecados, una relación especial con Dios, etc.
El Problema
En el cumplimiento del tiempo viene Jesús, el Mesías prometido, y los judíos como nación le rechazan. Pero muchos gentiles y unos pocos judíos sí creen, y nace la Iglesia. Surgen unas preguntas: ¿Qué es el papel de la Iglesia en estas promesas de Dios? ¿Es verdad que la Iglesia toma el lugar de Israel como el pueblo de Dios? ¿Qué pasa con Israel? ¿Se cumplen todas las promesas de los pactos o todavía debemos esperar que se cumplan (o se cumplen plenamente)?
Muchos pasajes vienen a la mente cuando empezamos a pensar acerca de esto. Algunos hablan de un cumplimiento en el presente:
- Gál 3:29 “Y ya que sois de Cristo, ciertamente sois descendencia de Abraham, herederos conforme a la promesa.” Este pasaje parece decir que las promesas se cumplen en la Iglesia.
- 1 Cor 2:12 – El Espíritu Santo mora en los creyentes ahora, para que podamos conocer a Dios. Eso suena a cumplimiento del Nuevo Pacto. Luego en 3:16 Pablo dice que nuestros cuerpos son el templo de Dios. ¿Es éste el templo que prometió Ezequiel?
- Ef 2:11-22 – Judíos y gentiles ahora participan igualmente en las bendiciones espirituales. Eso suena a la “bendición universal” prometida en los tres pactos.
Otros hablan de un cumplimiento futuro:
- Hch 1:5-6 – Los discípulos preguntaron a Jesús si se encontraban en el tiempo en el cual él (Jesús) restauraría el reino a Israel. No les dijo que estuvieran equivocados al pensar que el reino se restauraría a Israel. Se limitó a decirles que no les tocaba saber los tiempos. ¿Quiso decir que el reino sería restaurado a Israel? Por lo que dijo, parece que sí.
¿Cómo interpretamos estos pasajes? Es importante porque tu manera de interpretar estos pasajes tendrá un impacto sobre tu punto de vista de los acontecimientos del futuro. Por mucho que nos esforcemos por enseñar “lo que la Biblia dice,” no podemos evitar ser afectados por el sistema de teología que mantengamos.
En relación al tema que estamos tratando, hay dos sistemas teológicos principales que se han desarrollado en un esfuerzo por explicar cómo interpretamos estos pasajes – la Teología del Pacto y la Teología de Dispensaciones. La Teología del Pacto enseña que las promesas ya se han cumplido. La Teología de Dispensaciones enseña que no se han cumplido. Se cumplirán en el futuro. Consideremos los sistemas teológicos.
Definiciones
Antes de proceder debemos definir algunos términos.
Reformado
Puesto que fueron los Reformadores (los teólogos de la Reforma) que en primer lugar definieron la Teología del Pacto,3 los términos “reformado” y “pacto” a menudo se usan indistintamente. Pero “reformado,” de hecho, tiene más que ver con el punto de vista acerca de la salvación (p.ejem. “ser reformado” quiere decir que uno es Calvinista) que con el punto de vista acerca de la Iglesia. Habiendo dicho eso, la mayoría de los teólogos Reformados sostienen la Teología del Pacto, el amilenialismo, y una forma presbiteriana de gobierno de la iglesia.
Teología del Pacto
Como ya hemos visto, un pacto es un acuerdo entre dos partes.4 La Teología del Pacto describe el plan de Dios para la salvación del hombre empleando una descripción de tres pactos globales que Dios hizo con Cristo y con el hombre en los cuales Dios dijo, “Si haces esto… , yo haré lo siguiente… ” Aunque la Biblia de hecho no emplea el término “pacto” para describir ninguno de estos pactos que componen la Teología del Pacto, la idea de un pacto o acuerdo está implícita.
No hay que confundir los pactos Abráhamico, Davídico y Nuevo, de los cuales hemos hablado anteriormente, con la Teología del Pacto. Los tres pactos que hemos estudiado son pactos bíblicos-que significa que de hecho se denominan pactos en la Escritura. Los tres pactos de la Teología del Pacto son pactos teológicos. Son una forma o manera sistemática de describir el plan de la salvación que Dios tiene para el mundo. Estos pactos teológicos son: el pacto de redención, el pacto de obras y el pacto de gracia.
Pacto de Redención
En algún momento de la eternidad en el pasado, antes de la creación del hombre, Dios Padre hizo un pacto de Redención con Dios Hijo en el cual se pusieron de acuerdo para salvar o redimir al hombre (de ahí, el término “redención”). El Padre señaló al Hijo para que fuese el medio para redimir al hombre por medio de su muerte. Pasajes empleados para sostener esta idea: Heb 10:10ss, Juan 17:4, 18
Como parte de este pacto se le prometió a Cristo una recompensa para terminar su obra. El Padre libraría al Hijo de la muerte y le exaltaría a Su mano derecha para reinar sobre el cielo y la tierra.
Pacto de Obras
Dios entró en un pacto con Adán, como representante de la raza humana, en el cual Dios prometió que Adán tendría vida eterna si obedeciera a Dios y muerte si desobedeciera.
De hecho no hay ninguna mención específica de tal pacto con Adán. Solo se intuye. Sí sabemos que Dios le mandó a Adán no comer del árbol a pena de muerte (Gén 2:16-17).
Pacto de Gracia
Este es un pacto que Dios hizo con los elegidos en el cual ofrece la salvación por medio del sacrificio de Cristo. Muchos teólogos del pacto de hecho distinguen solamente dos pactos-Obras y Gracia. Combinan el pacto de redención y el pacto de gracia y los consideran como un pacto de gracia con tal vez dos fases.
El apoyo para esto procedería de tales pasajes como Ef 1:3-14 que parece implicar tal pacto con frases como, “según el beneplácito que se propuso” (vs 9), “según el propósito” (vs 11). Hch 13:32 “la promesa que fue hecha a los padres… “, etc.
Así que es obvio que Dios tiene un plan. Lo que el Teólogo del Pacto (TP) ha hecho es poner un nombre al plan. El plan se llama el Pacto de Gracia.
Desde la Caída, Dios ha tratado al hombre sobre la misma base a lo largo de la historia humana. Esa base es Su gracia. Desde Adán hasta el final del tiempo, la salvación viene por la fe.
Conclusión:
Para el TP, el énfasis está en la continuidad. Pone tanto énfasis sobre el Pacto de Gracia que contempla a los elegidos del AT (Israel) y a los elegidos del NT (la Iglesia) como un solo pueblo de Dios. Borra la distinción entre Israel y la Iglesia y cree que la Iglesia ha tomado el lugar de Israel como el pueblo de Dios.
Dispensacionalistas
La palabra dispensación viene en última instancia de la palabra griega oijkonomiva que se refiere a “orden,” “arreglo,” “administración,” o “mayordomía.” La mayoría de los Teólogos Dispensacionalistas (TD) mantienen que la Escritura presenta por los menos tres y/o tanto como siete diferentes arreglos o administraciones en el avance del plan de Dios para la humanidad. Aunque hay diferencias entre cada una de las varias administraciones, hay continuidad también. Cada dispensación se caracteriza por una nueva revelación de parte de Dios, pruebas que acompañan esa revelación, el fracaso del hombre, y el juicio divino a la luz de ese fracaso. Ningún TD relaciona las varias dispensaciones a algún pacto global teológico, como el pacto de gracia. Al contrario, las relacionan directamente a los pactos bíblicos de promesa.
Como ejemplos de tres dispensaciones que se mantienen casi por todo TD podríamos nombrar el de la Ley Mosaica, la Gracia (la Edad de la Iglesia), y el futuro Reino Milenial. Las otras cuatro dispensaciones que se debaten son Inocencia (Adán en el huerto), Conciencia (después de la Caída hasta Noé ), Gobierno Civil/Humano (Pacto Noético), y Promesa (Abraham y cualquiera que quisiera confiar en Yahweh).
La distinción principal de la Teología de Dispensaciones es que hace una clara distinción entre Israel y la Iglesia, especialmente en cuanto al cumplimiento de las promesas de Dios en el AT. Estas promesas fueron hechas con la casa de Israel, y el TD mantiene que algún día se cumplirán por completo con una nación Israelita renovada. Así que piensan que la reunificación política de Israel en 1948 es significante. La dispensación actual es la Edad de la Iglesia. El TD mantiene que es un paréntesis en la cronología de Dios dentro de su trato con Israel.
Asuntos Históricos y Hermenéuticos
Asuntos Históricos
La palabra hermenéutica es una palabra técnica que se usa en los seminarios e institutos bíblicos que quiere decir “el método de uno para interpretar la Biblia.” Durante los primeros siglos, los padres de la Iglesia, comenzando con Origen (d.C. 185-254), emplearon un método alegórico de interpretación. El método alegórico no interpretaba las Escrituras de manera literal. Buscaba un sentido más profundo, espiritual. Por ejemplo, Origen escribió,
“Ahora bien, la causa, en todos los puntos previamente enumerados, de las opiniones falsas, y de los dichos impíos o aseveraciones ignorantes acerca de Dios, parece que no es nada más que la falta de comprensión de las Escrituras según su sentido espiritual, en lugar de la interpretación de ella según la letra sencilla”.5
De hecho, la verdad es precisamente lo contrario. Su sistema de interpretación le permitía a él y a otros sacar de las Escrituras cualquier cosa que quisieran dentro de su esquema teológico.
¿Cómo ha afectado todo esto nuestro tema de estudio? Cuando Dios promete algo a Israel en el Antiguo Testamento, el método alegórico permite al intérprete espiritualizarlo y decir que no fue una promesa que se cumpliría literalmente. En lugar de eso fue cumplido de manera espiritual en la Iglesia.
Más tarde, Constantino, el emperador romano que estableció el cristianismo como la religión universal, se involucró en asuntos de la Iglesia. En su carta a la Iglesia que trataba la Controversia de la Pascua, habló de los judíos como “desafortunados corrompidos,” cuyas manos fueron “manchadas … con un crimen nefasto,” “parricidas y asesinos de nuestro Señor.”6 En otra carta a la Iglesia sobre la fecha correcta para observar la Pascua, escribió, “nos conviene no tener nada en común con los judíos pérfidos.”7
Esto nos demuestra que el espíritu antisemita existía en la Iglesia y que la Iglesia ya no consideraba la salvación como “al judío primero” como dice Rom 1:16.8 La Iglesia se veía a sí misma como el nuevo Israel. Este espíritu antisemita, junto con el método alegórico de interpretación causó y permitió que los teólogos consideraran a la Iglesia como una entidad que reemplazó a Israel. Esta doctrina predominó en la Iglesia durante los siguientes 1.000 años.
Aproximándose los tiempos del Renacimiento, los eruditos bíblicos empezaron a considerar la Biblia según la moda del día, que era enfocar las cosas de manera más científica. Empezaron a usar una hermenéutica más gramatical, histórica, literal. Cogieron las palabras del texto y las analizaron gramaticalmente para determinar cómo la estructura gramatical afectaría el sentido. Miraban al pasaje dentro del contexto literario y el contexto histórico/cultural e intentaron ver si había un llano significado literal que tuviera sentido.
A partir de este cambio del método hermenéutico vino la Reforma Protestante. Lutero, Calvino, y otros reconocieron que la autoridad no partía de la Iglesia. Viene de la Escritura. Reconocieron errores en las doctrinas de la Iglesia Católica Romana así que protestaron sus prácticas y sus doctrinas. Cuando la Iglesia Católica rechazó las reformas, estos hombres dejaron la Iglesia. Cuando empezaron a escribir y defender y definir el Protestantismo, nacieron doctrinas como la Teología del Pacto. Sin embargo, se debe recordar que tenían más que 1.000 años de mala teología que vencer, y no se estudia la Biblia y se da forma a la teología dentro de un vacío. Es un proceso gradual y es muy difícil cambiar puntos de vista. Así que mientras que estaban ocupados con el cambio de su doctrina de la salvación, no vieron problemas con cosas como el bautismo de infantes – o más aplicable a nuestro estudio, no vieron la necesidad de cambiar la doctrina que enseñaba que la Iglesia toma el lugar de Israel dentro del plan de Dios para la salvación.
A menudo se oirá a la gente defender un punto de vista u otro al decir que su punto de vista es más antiguo, y como consecuencia, más ortodoxo, que puede ser trazado a los Padres Patrísticos, etc. Pero eso no necesariamente garantiza la verdad. Se tiene que comprender la historia de la Iglesia y entender cuáles eran los asuntos sociológicos y culturales que existían que ayudaron a formar esa doctrina. A veces cuando se comprende la historia, es una ayuda para poder considerar la doctrina con más objetividad. Sin embargo, se debe recordar que aunque no nos afecten los mismos asuntos culturales que les afectaban en aquel entonces, tenemos nuestras propias cuestiones culturales que nos impiden ser verdaderamente objetivos. Es una tarea compleja.
En el debate entre la teología del Pacto y la teología Dispensacional, ambos reclaman usar una hermenéutica literal. Y los dos han desarrollado una teología sistemática partiendo del texto que trata con la mayoría de los pasajes de forma literal. El problema surge cuando topamos con un pasaje que no encaja literalmente dentro del esquema teológico. Cuando esto sucede, la tendencia es apoyarse en la teología propia y espiritualizar el texto de alguna forma para que encaje.
Asuntos Hermenéuticos
Los dispensacionalistas dicen a menudo que ellos usan una hermenéutica literal (o método literal de interpretación) y que los TP usan un método espiritual o simbólico de interpretación. En realidad, los dos lados interpretan algunos pasajes de forma literal y otros de forma espiritual. La cuestión es, ¿cómo decidir cuáles interpretar de cuál forma?
El meollo del asunto es cómo el Nuevo Testamento emplea el Antiguo. Los TP ponen más énfasis en el NT. Miran al Nuevo Testamento y dejan que reinterprete el Antiguo Testamento. Si un escritor del NT toma una promesa del AT y la aplica de manera espiritual a la Iglesia, entonces el TP concluye que la promesa del AT era una representación de una realidad espiritual del futuro que estamos disfrutando ahora.
Por ejemplo, si Ezequiel 40-48 hace promesas acerca de un futuro templo literal y luego Pablo dice en 1 Cor 3:16 que nosotros somos el templo de Dios, el TP no tiene problema para decir que no hay necesidad de un futuro templo literal. Después de todo, el templo es el lugar donde Dios mora, y puesto que el Espíritu Santo vive ahora en nosotros, ese hecho es la realización o cumplimiento más grande de esa promesa del AT.
Así pues, el TP pone más énfasis sobre el NT y piensa que está bien si el escritor del NT interpreta una promesa del AT de forma totalmente nueva que no hubiera sido comprendido por el profeta (o escritor) del AT.
Un Dispensacionalista pone más énfasis sobre el AT. Dice que el sentido literal del AT no puede ser cambiado, porque si lo hacemos, creamos inestabilidad en el sentido del AT. Y a veces casi parece que Dios nos está engañando. Después de todo, prometió tierra, un templo, etc. Debemos esperar tierra real, templos hechos de piedras y oro, etc.
Vamos a ver cómo se relaciona todo esto a nuestro tema:
Teología del Pacto y la Iglesia
Abrahámico
El TP dice que como consecuencia de la desobediencia y el rechazo de su Mesías, Israel ha perdido las promesas de la tierra. La tierra es meramente una representación del lugar de la bendición de Dios. Para Israel, ese lugar de la bendición de Dios era la tierra de Canaán. Para nosotros, ese lugar es estar en Cristo. El TP buscaría Heb 3:18ss como un ejemplo. El autor de la carta a los Hebreos dijo que Moisés no podía guiar a los Israelitas a su descanso (la tierra) como consecuencia de su desobediencia y falta de fe. De la misma manera los lectores de Hebreos estaban recibiendo una advertencia contra la desobediencia y el mensaje de que no podrían entrar en su descanso (Cristo) sin fe.
Davídico
El TP dice que las promesas a David están cumplidos en Jesús. Y Cristo reina ahora en cumplimiento del Pacto Davídico.
Hch 13:32-33 “Nosotros también os anunciamos las buenas nuevas de que la promesa que fue hecha a los padres, ésta la ha cumplido Dios para nosotros sus hijos, cuando resucitó a Jesús; como también está escrito en el Salmo segundo: ‘Mi hijo eres tú; yo te he engendrado hoy.’”
Pablo cita del Salmo 2, uno de los pasajes que comentan sobre el Pacto Davídico. Por lo tanto, Cristo es el cumplimiento de la promesa hecha a David y está reinando a la mano derecha de Dios, y no hay ninguna necesidad de que Cristo vuelva y reine sobre algún trono literal en un Jerusalén literal. Dicen que la palabra “trono” no tiene por qué referirse a alguna silla literal. Quiere decir sencillamente un asiento de poder, de reino.
Nuevo Pacto
En Lucas 22:20 Jesús dijo que estaba estableciendo el nuevo pacto con su sangre. Tenemos perdón por medio de su muerte. Tenemos el don de su Espíritu Santo en Pentecostés. Nosotros somos el templo de Dios (1 Cor 3:16; comparar también 2:12; Gál 5:15ff; Ef 1:13-14; 2 Cor 1:21-22.)
En 2 Cor 6:16-7:1, Pablo, escribiendo a una Iglesia llena de gentiles, cita Jer 31:33 (el pasaje del Nuevo Pacto) y aplica estas promesas a la Iglesia.
El TP lee estos pasajes y dice, “¿Qué podría ser más obvio? ¿Por qué los Dispensacionalistas insistís en un cumplimiento futuro, en un futuro templo, etc.? Pablo dice que estas promesas fueron cumplidas, así que todas estas promesas se realizan en la Iglesia.”
La Relación de la Iglesia a Israel
Y puesto que todas las promesas se realizan en la Iglesia, la Iglesia es el nuevo Israel.
Ef 2:11ss aclara que ahora hay un sólo nuevo hombre en la Iglesia, ninguna distinción entre judío y gentil. Los gentiles no tenían los “pactos de promesa” anteriormente. Ahora sí.
Gál 3:28-29 dice claramente que nosotros en la Iglesia somos los descendientes de Abraham y herederos de la promesa.
Pasajes Problemáticos
Como hemos dicho, ningún sistema teológico es perfecto. Cuando se intenta sistematizar toda la Biblia en un conjunto, algunos versículos no encajan bien del todo. Un par de los pasajes que no encajan muy bien en la Teología del Pacto son los siguientes:
Rom 9-11
Rom 11:25-27 “Hermanos, para que no seáis sabios en vuestro propio parecer, no quiero que ignoréis este misterio: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles. Y así todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el libertador; quitará de Jacob la impiedad. Y éste será mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados.”
Israel ha sido endurecido como nación hasta que el tiempo de los gentiles se complete. Luego todo Israel será salva como parte del pacto de Dios con Israel. Parece bastante claro que hay un futuro para la nación de Israel. Dios va a recomenzar su trato especial con ellos. Este pasaje no encaja con la idea de que la Iglesia ha reemplazado a Israel.
Apoc. 20:1-10
Se refiere a un reino de mil años de Cristo.
Hch 1:6, 3:19-21
Se refiere a una futura restauración que es diferente de la situación que existía aún después de la muerte y resurrección de Cristo, etc.
Conclusión
El sistema del TP postula un pacto global de gracia con “un pueblo de Dios.” Enfatiza el “un pueblo de Dios” soteriológico hasta tal punto que no puede reconocer la posibilidad de que quizás haya un pueblo de Dios separado según propósitos de administración. Es verdad que los gentiles son iguales espiritualmente a Israel, pero la pregunta que debemos plantear es, “¿no existen diferencias funcionales?”
Teología de Dispensaciones y la Iglesia
La Teología de Dispensaciones enseña que la Iglesia no es Israel. La Iglesia no ha tomado el lugar de Israel. Israel todavía tiene un futuro. Lo que Dios está haciendo ahora con la Iglesia lo está haciendo durante un paréntesis en su trato con Israel. Él ha puesto a Israel de lado durante un tiempo con el propósito de bendecir a los gentiles también, pero va a reanudar su trato directo con Israel durante la Tribulación y el Milenio. Por lo tanto, todas las promesas hechas a Israel en el AT serán cumplidas para con Israel.
Abrahámico
La promesa a Abraham acerca de bendición universal tiene su cumplimiento en Cristo. Cuando alguien cree en Cristo, pues obviamente recibe bendición, vida eterna, etc.
Sin embargo, las promesas hechas a Abraham acerca de la tierra y repetidas numerosas veces a lo largo del AT no han sido cumplidas. Tienen que tener su cumplimiento literal a los descendientes físicos de Abraham. Por lo tanto, en algún momento del futuro Dios restaurará la nación de Israel a la tierra prometida y vivirán en paz.
Davídico
El cumplimiento del Pacto Davídico está relacionado estrechamente al cumplimiento literal de la promesa en cuanto a la tierra al Israel étnico. El Dispensacionalista también cree que este pacto no ha sido cumplido. Aunque es verdad que Cristo está sentado a la mano derecha de Dios, su reinado Davídico no comenzará hasta que él se siente sobre un trono literal en una Jerusalén literal en una tierra literal.
Para el Dispensacionalista, que enfatiza una interpretación literal del AT, Jer 23:5-8 lo dice claramente.
Nuevo Pacto
Y para ser consecuente, puesto que tenemos que tener una tierra física y literal, con suelo real y un trono físico y literal con verdadero oro para el Mesías, y una nación de Israel literal con verdaderos judíos como súbditos, es lógico que el Nuevo Pacto también tenga que ser aplicado a judíos y no se haya cumplido aún.
Sin embargo, el Dispensacionalista dirá que, “las características espirituales de la Iglesia son similares, pero no las mismas. Este cumplimiento presente está limitado principalmente a la promesa de salvación espiritual que se encuentra en el Nuevo Pacto (por ejem., el perdón de los pecados y renovación espiritual por medio del Espíritu Santo que mora en nosotros).”9
La Relación de la Iglesia a Israel
Puesto que todos estos pactos de promesa aun tienen su cumplimiento con Israel, todo lo que sucede ahora en el cuerpo de Cristo, llamado “la Iglesia,” es un paréntesis en el plan de Dios para Israel.
Como la Teología Dispensacionalista enfatiza una interpretación literal del AT, las promesas incondicionales hechas a Abraham requieren que en algún punto de la historia, tanto las bendiciones espirituales como las materiales encuentren su cumplimiento simultáneo. Hay datos adicionales de la Escritura que indican al lector dispensacional que el tiempo para este cumplimiento es el regreso de Cristo para comenzar su reino milenial sobre la tierra.
Pasajes Problemáticos
Hch 2:33; 13:32ss. La exaltación de Cristo se enlaza claramente con el cumplimiento del Pacto Davídico.
Gál 3:29. Parece que la Iglesia es el receptor del aspecto de las promesas en cuanto a la Simiente, no meramente la parte que habla de bendiciones universales.
Conclusión
Algunos pasajes parecen enseñar que los pactos se han cumplido en la Iglesia en Cristo. El Dispensacionalista clásico espiritualiza el lenguaje de cumplimiento y dice que “no se cumple realmente; tan sólo existen similitudes.”
Quizás podemos empezar a entender que el planteamiento del Dispensacionalista clásico de que su hermenéutica es literal no es realmente verdad. Él es igual de culpable que el Teólogo del Pacto. La diferencia es que el TP espiritualiza el AT y el Dispensacionalista espiritualiza el NT.
¿Qué hemos de hacer?
Punto de vista del Dispensacionalista Progresista
El sistema TP ve a los autores del NT aplicando significado espiritual a las promesas del AT. Pero no da cabida a pasajes que también indican un cumplimiento físico de las promesas. El Dispensacionalista coje las promesas del AT e insiste en un cumplimiento literal. Pero tiene la tendencia a negar un cumplimiento actual y espiritual de los pactos, especialmente el Pacto Davídico, y coloca todo el cumplimiento durante el Milenio.
El Dispensacionalista Progresista (DP) entra en la discusión con un nuevo ángulo – un acercamiento “ahora/pero todavía no del todo”. Si te paras a pensar un momento, Dios a menudo hace las cosas así. La salvación es una proposición de “ahora/pero todavía no del todo”. Se realiza por etapas. Cuando te conviertes, eres salvado de la pena del pecado y del poder del pecado (progresivamente), pero no de la presencia del pecado. Eso viene en el futuro. ¿Por qué no podemos enfocar el cumplimiento de los pactos de la misma manera?
El DP ve mucho más continuidad entre las dispensaciones actuales y futuras que el Dispensacionalista Clásico. En lugar de ver a la Iglesia como un paréntesis en el plan de Dios, entiende que la Iglesia y los cumplimientos actuales de los pactos son parte del plan de Dios. Se llama la Teología de Dispensaciones Progresista porque se ve un cumplimiento progresivo de los pactos – algo ahora, más en el futuro.
El DP está de acuerdo con el TP que la Iglesia es el receptor de las promesas (el Ahora). Diría que Cristo está reinando desde el Cielo. “Jesús no está sentado pasivamente al lado del Padre sencillamente esperando la hora de su regreso. Al contrario, Jesús ejercita elementos claves de su reinado prometido cuando vierte al Espíritu de Dios sobre su pueblo para fortalecerles en su trabajo actual.”10
Pero el DP también está de acuerdo con el Dispensacionalista Clásico que hay todavía un futuro literal para Israel. (1ª. parte “Todavía no del todo”). Todavía es dispensacional, porque hace una distinción entre Israel y la Iglesia y ve un cumplimiento futuro y literal de las promesas a la nación de Israel en el Milenio.
Conclusión
Nuestra pregunta era: “¿Cómo se relaciona la Iglesia a Israel?”
Tu sistema de teología y tu método de interpretación controlan cómo vas a contestar esa pregunta.
¿Vas a contestar como el TP o el amilenialista que dice que la Iglesia es el cumplimiento de todas las promesas? ¿Israel es reemplazado?
¿O vas a contestar como el Dispensacionalista Clásico que dice que la Iglesia es un paréntesis en el plan de Dios para Israel? Todas las promesas se han de cumplir aún en Israel. En la Iglesia tenemos elementos que parecen un poco (o mucho) como un cumplimiento de las promesas, pero Israel era el receptor de las promesas y tiene que ser el receptor del cumplimiento.
O, quizás tu planteamiento será como el del Dispensacionalista Progresista y dirás que la Iglesia de hecho es el receptor de las promesas. Hay cumplimiento actual. Pero todavía hay más cumplimiento en el futuro para la nación de Israel.
Hampton Keathley IV, Th.M. es un graduado (1995) del Seminario Teológico de Dallas. Hampton sirve como director de Internet para la Fundación de Estudios Bíblicos y ha contribuído muchos estudios para uso en la página Web (http//www.Bible.org)
(C) 1997, Fundación de Estudios Bíblicos. Todos los derechos reservados.
1 Manual de Teología Moody, p. 20.
2 Algunos incluirían aquí lo que se llama “El Pacto Palestino” (Dt. 28-30). Sin embargo, éste realmente no es uno de los pactos por las siguientes razones: (1) No se llama un pacto en la Escritura. (2) No es una promesa dada unilateralmente de parte de Dios como es el caso con los Pactos Abrahámico, Davídico y Nuevo. En vez de eso sigue el formato de pactos entre soberanos-vasallos que era popular durante ese periodo de historia en el cual se daban bendiciones a cambio de obediencia y maldiciones a cambio de desobediencia. (3) No promete nada nuevo dentro del plan salvífico de Dios. Es simplemente una amplificación del aspecto de la Tierra como parte del Pacto Abrahámico. Es una descripción de cómo Dios piensa normalizar la posesión Israelita de la Tierra. Así que es un desarrollo lógico y natural de la promesa respecto a la tierra que Dios dio a Abraham en Gén 12:1.
3 Esa presuposición es en sí misma todo un laberinto. Ha habido ya mucho estudio para intentar averigüar cómo empezó la Teología del Pacto.
4 Enns, Manual de Teología Moody. p. 507.
5 Iglesia Patrística, Origen de Principiis, TJLCD, record 12434.
6 Walter Kaiser, en Teología de Dispensaciones, Israel y la Iglesia, p. 363.
7 Socrates Scholasticus, Historia Eclesiástica, Tomo 5, Capítulo 22. TJLCD record 75080.
8 Kaiser, p. 363.
9 Robert L. Saucy, “Respuesta a Comprensión de Dispensacionalistas, por Vern S. Poythress” GTJ V10:2, Otoño 1989. 140.
10 Bock, “El Hijo de David y los Santos’ Task: La Hermenéutica de Cumplimiento Inicial,” BSac V150, p. 455.
Los Palestinos y su Verdadera Identidad
No solamente los israelíes son engañados, sino también los palestinos mismos. Ellos son usados tan solamente como medio para alcanzar la meta, ya que de ellos se está haciendo un pueblo que en realidad nunca ha existido. El nombre “palestinos” deriva de la palabra “filisteos”. Sin embargo, estos provenían originalmente de Creta (Caftor), ocuparon partes del territorio y destruyeron su población. En Deuteronomio 2.23 leemos: “Y en cuanto a los aveos que vivían en las aldeas cercanas a Gaza, los caftoritas procedentes de Creta los destruyeron y se establecieron en su lugar.” (vea también Jos. 13.3; Gn. 10-14; Jer. 47.4; Am. 9.7). Pero como los filisteos provenían de Caftor (Creta) ni siquiera eran árabes.
La palabra “Palestina” sencillamente es una expresión general para la tierra de Israel, la cual fue inventada por el emperador romano Adriano. Este sin embargo odiaba a Dios y a los judíos. En el año 135 d.C. reprimió el levantamiento de Bar-Kochba de los judíos. El quería destruir toda memoria de Israel y de Jerusalem, y de ahí en adelante dió a la ciudad de Jerusalem el nombre de Aelia Capitolina. A la tierra de Israel también le cambió el nombre por el de sus más encarnizados enemigos, los filisteos.
Con una honestidad increíble, uno de los líderes representantes de la OLP, Zuheir Mohsen, en el año 1977 confesó el bien calculado mal uso de ese nombre, por parte de los árabes que viven en la llamada “Palestina”.
“No existe un pueblo palestino. La creación de un estado palestino es un medio a favor de la continuidad de nuestra lucha contra Israel y a favor de la unidad árabe… Pero en realidad no existe ninguna diferencia entre los jordanos y los palestinos, los sirios y los libaneses. Todos nosotros formamos parte del pueblo árabe. Solamente por razones políticas y tácticas hablamos de la existencia de una identidad palestina, ya que está en el interés nacional de los árabes el oponer al sionismo una existencia separada de los jordanos. Por razones tácticas, Jordania que es un estado con fronteras fijas, no puede reclamar a Haifa y Jaffa. Yo como palestino, por el contrario, puedo reclamar Haifa, Jaffa, Beersheba y Jerusalem. Pero en cuanto se hayan restablecido nuestros derechos por la totalidad de Palestina, no esperaremos un minuto más para la unificación de Jordania y Palestina.”
El pueblo palestino es engañado, abusado y usado como punta de lanza contra Israel. En esta tierra sencillamente vivían árabes que mayormente provenían de Siria y Jordania, pero también judíos. En este sentido, también los judíos son palestinos. Por eso en su tiempo la Primera Ministra Golda Meir dijo: “Yo también soy palestina.” También fue Golda Meir quien dijo: “Recién podremos tener paz con los árabes, cuando estos amen más a sus hijos de lo que nos odian a nosotros.”
Las tierras del oeste del Jordán y Gaza se encontraban entre 1948 y 1967 bajo dominio árabe, es decir, jordano. Si hubiera existido una cuestión palestina en el sentido actual, ¿por qué entonces no se les dio un estado mientras se encontraban bajo el dominio árabe? Porque ellos nunca fueron reconocidos como pueblo independiente, sino que como árabes pertenecían a Jordania, a Siria o a otros países.
El nombre “palestinos” surgió recién en el año 1964, cuando el comité mayor árabe pidió a la Liga Arabe a favor de Palestina se le otorgase la formación de una Organización de Liberación de Palestina (OLP). Acerca de esto escribió el semanario egipcio El Mussawar:
“Una nación palestina es el resultado del avance de una planificación, ya que el mundo difícilmente aceptaría una guerra de cien millones de árabes contra una pequeña nación israelí.”
Antes del año 1964 los habitantes de “Palestina” sencillamente eran llamados “árabes”. Cuando el 15 de mayo de 1948 siete ejércitos árabes atacaron el recién nacido estado de Israel, los árabes de “Palestina” fueron llamados a evacuar sus territorios por un tiempo limitado y a ponerse a salvo hasta que Israel hubiera sido derrotado. Fueron los mismos estados árabes quienes animaron a los palestinos a hacer esto. Ellos no fueron echados por los israelíes. El 68% de ellos se fueron sin jamás haber visto un soldado israelí. Un refugiado palestino resumió la situación de la siguiente manera: “El gobierno árabe nos dijo: Salgan ustedes, para que nosotros podamos entrar. De modo que nosotros salimos, pero ello no entraron.”
El Anticristo
Y el rey hará su voluntad, y se ensoberbecerá, y se engrandecerá sobre todo dios; y contra el Dios de los dioses hablará maravillas, y prosperará, hasta que sea consumada la ira; porque lo determinado se cumplirá Daniel 11:36-39
Esta sección será muy pronto el cumplimiento del plan profético de Dios. Aquí se resumen los detalles de la septuagésima semana de Daniel. Hay muchos que interpretan esta profecía futura en la persona de Antioco Epifanes y afirman que no existe ninguna transición entre los versículos 35 y 36, sino que lo interpretan como algo continuo, en otras palabras sugieren que el sujeto de los versículos 36-45 es el mismo de los versículos anteriores.
Cuando leemos acerca de algunos líderes del pasado como: Antioco Epifanes que ha sido un prototipo del anticristo. El apóstol Juan nos dice que ha habido muchos anticristos. También hemos oído de las atrocidades que cometieron por mencionar algunos; Herodes el Grande, Augusto Cesar. Otros como Hittler, Mussolini, Stalin, Gorbachev, Hussein de nuestro propio siglo.
Durante la historia del cristianismo se han hecho muchos intentos para identificar y descubrir al anticristo. Mucha de esa actividad, aunque es apoyada por la Biblia en parte solamente, nadie puede afirmar que el anticristo sea algo del pasado; ya que por la Palabra de Dios entendemos que es un evento situado en una era futura conocida como la tribulación, que es muy distinta a nuestra era actual.
Los errores que se han cometido a lo largo de la historia de la iglesia debería servir para los estudiantes de la profecía, la misma debe ser interpretada con coherencia y cuidado manteniendo siempre una perspectiva futurista.
El recuerdo sombrío del exterminio Nazi, donde millones de judíos fueron asesinados debiera ser suficiente para advertir a todos los que dudan acerca de la aparición del anticristo en tiempos del fin.
Todos esos lideres ya mencionados simplemente eran un anticristo en naturaleza pero no en magnitud, ellos eran hostiles al evangelio y a la persona de Jesucristo, pero eran solo un prototipo del ultimo enemigo. Ninguno de eshombres ha cumplido todos los detalles de la profecía de esta porción bíblica, aunque al igual que Antioco Epifanes, pudiera considerarse como un precursor del futuro anticristo.
El pasaje dice que el rey hará su voluntad, además se ensoberbecerá, o sea promoverá su propia persona elevándose por encima de los demás. Estas características fueron demostradas por algunos de los hombres que he mencionado anteriormente. Pero en los últimos tiempos alcanzaran un grado máximo en la obra del anticristo.
El pasaje que hemos leído también dice que se engrandecerá sobre todo dios. Esta declaración no se cumplió en la persona de Antioco Epifanes ni en otros personajes mencionados, sabemos que Antioco era un adorador del dios griego Zeus. Lo mas correcto es armonizar esa interpretación con lo que dice Pablo en 2 Tesalonicenses 2:4, tocante al anticristo que se aproxima. “el cual se opone contra todo y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios, como Dios, haciéndose pasar por Dios”.
Estando en el apogeo de su carrera el rey hablará maravillas y cosas sorprendentes contra el Dios de los dioses. Esa palabra traducida hablará maravillas viene del verbo pala, y es la forma nidal, participio que significa “hablar cosas horribles”, hablar cosas increíbles y sorprendentes. No se puede decir que esta profecía se cumplió en Herodes cuando ordenó la matanza de los niños de dos años, eso es insostenible. Herodes ordenó aquella matanza porque se vio burlado por los magos y en su temor dio aquella horrenda orden.
Hay cierta aceptación intelectual del concepto de que el ser humano es dios. El humanismo filosófico es un sistema que deifica al hombre. Es un sistema que fue desarrollado por el filosofo presocrático Protagoras, que acunó la frase: “el hombre es la medida de todas las cosas”. El hombre es el centro del universo, no Dios. El hombre establece la moral y los valores. La conclusión lógica es que Dios es innecesario, si es que existe en absoluto.
El humanismo es el fundamento intelectual que se le llama “el pensamiento moderno”: la edad científica, la edad del racionalismo. El racionalismo es una filosofía o actitud que se centra exclusivamente en lo humano en posición a lo divino; ello va acompañado de una creencia que de somos capaces de conseguir la propia realización de la filosofía humanista, pero en el fundo es que no necesitan de Dios.
¿Podría ser que el anticristo sea la expresión suprema del ideal de la filosofía humanista? Será una persona poseedora de una increíble capacidad intelectual y que parecerá ser la expresión definitiva de todo lo que la humanidad tiene de bueno, y ofrece la paz del mundo sin Dios. En las palabras de la canción de John Lenon: “un mundo sin religión” no necesitamos a Dios. Todo lo que necesitamos lo tenemos en nosotros mismos. La religión de la Nueva Era, que se está extendiendo por el mundo occidental, también abre el camino para la adoración del anticristo como dios. Tiene sus raíces en la religión oriental y en el panteísmo, la enseñanza de que todo es Dios, Dios es todo. Dios es el árbol y el pájaro. La religión de la Nueva Era es el viaje para descubrir a dios dentro de nosotros.
El prototipo del anticristo.
Y de uno de ellos salio un cuerno pequeño, que creció mucho al sur, y al oriente, y hacia la tierra gloriosa. Daniel 8:9
Este versículo se refiere a Antioco Epifanes que conquistó tierra al sur (Egipto), al este (Armenia) y la tierra gloriosa (Palestina). Muchos eruditos concuerdan en que el cuerno pequeño de este capitulo es Antioco, Seleuco IV Filopater, era rey de Siria, pero fue asesinado en el 175 a.C. el hijo de Seleuco, Demetrio, era el legitimo heredero al trono, pero estaba en Roma como rehén. En medio de este alboroto político e intrigas, Antioco se apoderó del trono, añadiendo la palabra “Epifanes” al su titulo, que significa “el ilustre’.
Antioco se opuso a los judíos y comenzó a perseguirlos. La feroz persecución de aquellos días se registra en el libro de Macabeos.
Había también siete hermanos que fueron arrestados con su madre. El rey intentó obligarlos a comer carne de cerdo, lo que la Ley prohíbe, torturándolos con látigos y azotes. Uno de ellos, actuando como portavoz de los otros, dijo: ¿Qué queréis conseguir de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes de quebrantar la ley de nuestros antepasados. Enfurecido, el rey ordenó calentar sartenes y calderos al fuego. Cuando estuvieron al rojo vivo que al que les hacia de portavoz le arrancaran la lengua, le cortaran el cuello cabelludo y le cortasen así mismo las manos y los pies, mientras sus hermanos y su madre lo contemplaban. Cuando que totalmente imposibilitado, el rey dio orden de que lo llevaran todavía vivo al fuego y que lo frieran vivo en un sartén. Mientras el humo de la sartén subía y se arremolinaba, su madre y el resto se animaban unos a otros a morir noblemente, con palabras así: “El Señor Dios está observando, y ciertamente se apiada de nosotros, como en el cántico en que Moisés dio testimonio contra el pueblo a su rostro, proclamando que “El ciertamente se apiadará de sus siervos”. 2 Macabeos 7:1-6
Antioco se exaltó a medida de un dios. Hizo monedas que llevaban la inscripción Theos Antiochus, Theos Epifanes, que significa Dios Antioco, Dios manifestado. Prohibió los sacrificios en el templo y profanó el altar ofreciendo sobre el mismo cerdos como sacrificios. El libro de Macabeos describe todos esos días de infamia.
Entonces el rey hizo proclamar a todo su reino que todos debían venir a ser un solo pueblo, y que cada uno debía renunciar a sus costumbres particulares. Todos los paganos se amoldaron al decreto del rey, y muchos israelitas decidieron aceptar su religión, sacrificando a ídolos y profanando el sábado. El rey también envió instrucciones mediante mensajeros a Jerusalén y a las ciudades de Juda, mandándoles que adoptasen costumbres ajenas al país, prohibiendo los holocaustos, los sacrificios y las libaciones del santuario, profanando sábados y fiestas, contaminando el santuario y los ministros sagrados, erigiendo altares, lugares y santuarios a ídolos, sacrificando cerdos y animales inmundos, prohibiendo la circuncisión a sus hijos, prostituyéndose a toda clase de impureza y abominación, a fin de que olvidasen la Ley y que revocasen toda observancia a la misma. Todo aquel que no obedeciese el mandamiento de rey debía ser muerto. Escribiendo en estos términos a todas las partes de su reino, el rey designó a inspectores para todo el pueblo, y mandó a todas las ciudades de Juda que ofreciesen sacrificio, una tras la otra.
1 Macabeos 1:41-54
La prevaricación desoladora involucra la profanación del altar en el templo de Jerusalén. Antioco erigió un altar a Zeus sobre el altar judío y ofreció animales inmundos, cerdos, como sacrificios. El insolente desafió hacia Dios y de la religión judía provocó una rebelión que finalmente lo llevó a su caída, esa rebelión es conocida como la revuelta macabea.
La blasfemia del rey soberbio y su carrera contra Dios llegará a su fin mediante la soberana intervención de Dios. El anticristo prosperará hasta que sea consumada la ira; por que lo determinado se cumplirá. Su prosperidad terminará con el derramamiento de la ira de Dios, tal como ocurre en el cuerno pequeño de Daniel, con la bestia de Apocalipsis 13 y con el hijo de perdición de 2 Tesalonicenses 2, así ocurrirá al rey soberbio. Su destrucción será el resultado de la intervención sobrenatural del Señor Jesucristo cuando venga en su gloria.
Preparativos para el Tercer Templo
Confeccionan los hábitos para los sacerdotes!
Un grupo de sastres comenzó a confeccionar los hábitos de medio centenar de voluntarios que confían en convertirse en sacerdotes del Tercer Templo de Jerusalén, cuya construcción es uno de los más viejos anhelos del judaísmo.
Los destinatarios de las prendas son los “cohanim”, casta descendiente de Aarón, sumo sacerdote en la época de Moisés, y responsable de los oficios en el Primer y Segundo Templo, destruidos hace 2.500 y 2.000 años, respectivamente. Los sastres trabajan en el Instituto del Templo, ubicado cerca del único vestigio del segundo de los santuarios, el Muro, y que tiene como objetivo concienciar a los judíos de todo el mundo que el Tercero está al caer.
“Por esta razón -dice Iehuda Glick, su director- hay que prepararse y conocer bien toda la obra que se hacía hace dos mil años, así como los instrumentos necesarios para las labores sagradas”.
La confección de estos hábitos es una labor titánica, porque la gama de los colores púrpura, blanco y celeste de estos ropajes, según los describe la Biblia, es arcaica.
El rojo púrpura para los cinturones de 16 metros, por ejemplo, proviene del llamado “gusano carmesí”, en realidad un insecto, y que finalmente han encontrado en Turquía. La investigación requerió la participación de cientos de expertos en textiles y colores alrededor del globo, lo que, sin embargo, no disipa la ambición de completar estas prendas sacerdotales, ni las decenas de instrumentos que se exhiben en el museo, todas ellas en el metal y con el diseño exigido.
Y es que Glick está convencido que, tras la “milagrosa” creación del estado de Israel en 1948, la reconstrucción del santuario está en el horizonte.
“No sé cuando, sé que Dios lo facilitará, El encontrará el momento”, defiende el director de una entidad que existe desde hace dos décadas y que gastó más de 25 millones de dólares en esta misión.
Tradiciones ortodoxas, algunas más inspiradas en la Cábala que en documentos litúrgicos, hablan que el Tercer Templo será “obra divina” y que mientras tanto el hombre no debe interceder más que volviendo al camino de la fe para ganarse el favor de Dios, que después enviará a su Mesías… y con él el templo. Además, ningún ultraortodoxo osaría subir al lugar donde se hallaba el santuario, considerado “lugar prohibido” por no conocerse los límites exactos del Sancta Sanctorum, y únicamente está autorizado para ello el Gran Sacerdote y, sólo, en el Día del Perdón (Iom Kipur).
Hoy, en esa explanada se alzan las mezquitas del Domo de la Roca y de Al-Aksa, y cualquier tentativa de expropiación conduciría a un conflicto religioso que traspasaría los límites de la región.
Conocida por éstos como Haram Al-Sharif -El Noble Santuario-, es para el Islam su tercer lugar más sagrado después de La Meca y Medina, y para los palestinos el corazón espiritual de sus reivindicaciones
políticas de un estado independiente. “Los que creen que el Templo descenderá de los cielos, por arte de
magia o elemento cósmico, eluden el precepto bíblico de prepararse y participar en la construcción” , asegura Glick.
Para ellos, visitar lo que el judaísmo denomina el “Monte del Templo” y considera su lugar más sagrado, es una forma de reivindicar una potestad histórica y política para los judíos sobre ese lugar, en particular ahora que se decide el futuro de Jerusalén en las negociaciones de paz. (EFE)
Un Conflicto Familiar
Como podemos ver, el conflicto árabe-israelí es familiar
Se menciona a Abraham como padre de todos los creyentes. Pero solamente en Isaac, Jacob y sus descendientes, Dios ha prometido levantar su Reino en esta tierra y dar la salvación a los seres humanos. Seguidamente, veremos como a través del error de Abraham surgió el gran conflicto entre Israel y el Medio Oriente, tal como existe en el día de hoy, ya que también los árabes se refieren a Abraham como padre.
El siglo pasado, probablemente entrará en la historia de la humanidad como el siglo de más turbulencias. Durante los primeros 45 años, tuvieron lugar dos guerras mundiales, en las cuales miles de millones de personas encontraron la muerte. Fue también en este siglo que entró el comunismo en Rusia, derrumbándose nuevamente después de unos 70 años.
Igualmente, en este siglos se levantó un espíritu oscuro y siniestro que sedujo a los seres humanos a tratar de solucionar el así llamado, problema judío. Este mismo espíritu fue responsable por el nacimiento del más terrible de los pactos de poderes antisemíticos jamás vistos en el mundo. Más de seis millones de personas judías fueron asesinadas por las manos homicidas y sanguinarias del régimen nazi, bajo el liderazgo de Adolfo Hitler.
El regreso de los judíos
No obstante, en ese siglo, también experimentamos algo absolutamente único. El regreso de los judíos a la tierra de sus antepasados. Fue a fines del siglo 19 que llegaron los primeros colonos. Y juntamente con aquellos que ya estaban allá, comenzaron a cultivar algunas partes de la tierra llamada “Palestina”. Su objetivo era despertar la tierra a una nueva vida ya hacer que volviera a fructificar, produciendo así alimentos para aquellos que aún abrían de llegar.
Al principio, todo pareció ser inútil. Pero los judíos persistieron, y el fruto de su trabajo finalmente llegó a ser la fundación del estado de Israel, el 14 de Mayo de 1948.
Paralelamente el desarrollo del sionismo moderno, cuya meta es traer a los judíos de regreso a la tierra de Sion, las naciones árabes, repentinamente aumentaron en importancia. Las naciones industrializadas, inesperadamente, se vieron expuestas a la voluntad del mundo árabe, el cual poseía el control sobre enormes yacimientos petrolíferos.
Toda esa controversia no es mayormente de índole política, religiosa, militar, o económica, sino que, en realidad, se basa en un conflicto familiar. Así como dos niños en una familia se pelean por un juguete, así los árabes y los judíos combaten por la herencia: La Tierra de Israel.
Abraham: El comienzo de Israel y de los Árabes
El hombre con quien comenzó el conflicto árabe-israelí se llama Abraham. El fue un personaje extraordinario, ya que recibió una promesa muy específica de Dios el Creador: “Pero el Señor había dicho a Abraham: vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (Génesis 12:1-3). Esto no es simplemente la bendición de un sacerdote, un profeta o un religioso. No, ¡sino que esta bendición le fue confirmada a Abraham por las cuatro afirmaciones del Creador del cielo y de la tierra, es decir, nada menos que por el mismo Dios Eterno, quien fue desde el principio, quien es y quien será eternamente!
Este hombre, Abraham, recibió de Dios la indicación de dejar todo y de viajar a la Tierra Santa. Abraham confió en el Dios vivo, quien le había hablado.
Uno de los rasgos extraordinarios de la personalidad de Abraham, era que él hacía lo que le era dicho. El le creía a Dios y actuaba de inmediato. Por eso dice de él en el Nuevo Pacto: “… para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados” (Romanos 4.11).
Abraham era un fiel siervo de Dios. Más que cualquier otro, él le creía a este Dios. Aún así él permitió a su carne andar en asuntos propios, paralelamente a su vida espiritual. De ahí que podemos remontar los actuales conflictos en el Medio Oriente hasta este gran patriarca de ambos pueblos, los israelitas y los árabes.
Abraham y los árabes
Fue Sarai, la esposa de Abraham, la primera en perder la paciencia. “Dijo entonces Sarai a Abraham: Ya ves que el Señor me ha hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva; quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abraham al ruego de Sarai” (Gn. 16.2). Abraham, en aquel tiempo de ochenta y seis años de edad, tuvo una hora débil. El parece haber olvidado a su Dios y haber llegado a una conclusión aparentemente lógica: “Debemos hacer algo”.
Es muy posible que, en este punto , él estuviera de acuerdo con Sarai, suponiendo que esta era la voluntad de Dios. Siguió el consejo de su esposa: ” Y é se llegó a Agar, la cual concibió; y cuando vio que había concebido, miraba con desprecio a su señora” (Gén.16.4). Está claro, que ese no era el camino de Dios. Repentinamente surgieron dificultades. Sarai ahora era menospreciada por su sirvienta Agar ya que, después de todo, era ella quien le había dado a Abraham el hijo primogénito. El niño recibió el nombre de Ismael.
Si Abraham y Sarai llegaron a darse cuenta o no que actuaron equivocadamente, no lo podemos deducir de las Escrituras. Pero, evidentemente, Dios no volvió a hablar con Abraham hasta 13 años más tarde, cuando este tenía noventa y nueve años, repitiendo entonces la promesa que El le había dado anteriormente. Hasta esa fecha, en realidad, se llamaba Abram (Soberano Padre). Ahora, sin embargo, Dios cambió su nombre y lo llamó Abraham, lo que significa “Padre de la multitud”.
La oración de Abraham en favor de los árabes
Después de haber recibido instrucciones adicionales, parece que Abraham pensó que Dios ahora confirmaría a Ismael como su heredero. Por eso él oró: …¡Concédele a Ismael vivir bajo tu bendición! (Gén.17.18). Pero, el Eterno Dios inmediatamente lo corrigió “A lo que Dios contestó: ¡Pero es Sara, tu esposa, la que te dará un hijo, al que llamarás Isaac! Yo estableceré mi pacto con él y con sus descendientes, como pacto perpetuo” (v 19).
No obstante, Dios confirmó claramente haber escuchado la oración de Abraham en favor de Ismael: “En cuanto a Ismael, ya te he escuchado. Yo lo bendeciré, lo haré fecundo y le daré una descendencia numerosa. El será padre de doce príncipes. Haré de él una nación muy grande.” (v 20). Sin embargo, Dios enfatizó que Ismael no sería el heredero del pacto, sino Isaac: “Pero mi pacto o estableceré con Isaac, el hijo que te dará Sara de aquí a un año, por estos días.” (v 21).
Las bendiciones de Ismael
La elección de Isaac no disminuyó en absoluto las enormes bendiciones prometidas a Ismael. El fue bendecido para ser fructífero y para multiplicarse “mucho”. El sería el padre de doce príncipes y llegaría a ser una “gran” nación.
Podemos encontrar el cumplimiento de esta promesa en Génesis 25, donde leemos que de la raíz de Ismael, verdaderamente, procedieron doce príncipes. De acuerdo a lo recién leído, Dios dio a él y a sus descendientes enormes bendiciones y promesas.
Sin tener esto en cuenta, los descendientes de Ismael, el hijo de Abraham, se convirtieron en grandes enemigos de Israel (como podemos leer en el Salmo 83), y lo siguen siendo hasta el día de hoy.
Abraham y sus demás descendientes
Sara, la amada esposa de Abraham, falleció a la edad de 127 años, después de haber dado a luz al niño prometido a los 90 años de edad. Después que Abraham envió a su siervo a buscar una esposa para su hijo Isaac (a su vez una hermosa imagen de la novia de Mashiaj – Mesías), posiblemente, pensó que su llamamiento había terminado.
Génesis 25.1-6 nos informa que, después de que Isaac se casó con Rebeca: “Abraham volvió a casarse, esta vez con una mujer llamada Cetura. Los hijos que tuvo con ella fueron: Zimrán, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súaj. Jocsán fue el padre de Sabá y Dedán. Los descendientes de Dedán fueron los asureos, los letuseos y los leumeos. Los hijos de Madián fueron Efá, Efer, Janoc, Abidá y Eldá. Todos estos fueron hijos de Cetura. Abraham entregó todos sus bienes a Isaac. A los hijos de sus concubinas les hizo regalos y, mientras él todavía estaba con vida, los separó de su hijo Isaac, enviándolos a las regiones orientales.” Abraham, con su edad avanzada, nuevamente comienza una familia. Al investigar el árbol genealógico de la misma, vemos que los hijos de Abraham con Cetura también llegaron a ser fuertes enemigos de Israel. De ahí que podemos ver claramente que los árabes, en general, quienes también dicen que Abraham es su padre, verdaderamente pertenecen a la misma familia y están emparentados con Israel.
Reconciliación definitiva
El conflicto familiar en el Medio Oriente no será resuelto por diplomáticos, ni por EE.UU. o Europa, ni tampoco por las Naciones Unidas.
El Señor mismo, el Príncipe de Paz, y solamente El, hará que haya paz eterna. El ya pagó el precio por la paz. Tan solamente El es capaz de traer verdadera reconciliación. No será una reconciliación mediante un papel, realizada por algún político inteligente, sino que El ordenará la paz en base a sus propias Palabras: “Consumado es” Estas palabras están selladas por toda la eternidad, con su sangre. ¡El verdadero precio por la verdadera paz está totalmente pagado!
Cuando al fin Israel lo vea a El, a quien traspasaron, y lo reconozca como el Salvador del mundo el Mashiaj-Mesías de Israel, eso no podrá ser inadvertido, sino que también influenciará a las naciones circundantes. Será entonces, cuando Dios cumplirá toda la promesa que El haya hecho a todos los descendientes de Abraham.
El profeta Isaías, hace 2700 años, profetizó de este poder unificador de Dios: “En aquel día habrá una carretera desde Egipto hasta Asiria. Los asirios irán a Egipto y los egipcios a Asiria, y unos y otros adorarán juntos. En aquel día Israel será, junto con Egipto y Asiria, una bendición en medio de la tierra. El Señor Todopoderoso los bendecirá, diciendo “Bendito sea Egipto mi pueblo, y Asiria obra de mis manos, e Israel mi heredad”. (Isaías 19.23-25)